El regreso a clases, como cualquier cambio o nuevo comienzo, nos puede generar una sensación de expectativa, estrés o, incluso, ansiedad.
El comienzo de un nuevo ciclo escolar llega con mucha incertidumbre, no sólo para los niños, sino también para los padres.
Para los niños: los nuevos maestros, nuevos compañeros y materias diferentes. Para los padres: el cambio de rutina, la compra de uniformes y útiles escolares. Todo cambio conlleva una ruptura de lo anterior, de lo conocido, de lo seguro y esto, inevitablemente, trae consigo incertidumbre.
Y, precisamente, la incertidumbre es uno de los principales ingredientes de la ansiedad.
Los seres humanos tenemos una corteza cerebral muy desarrollada, lo que nos da la capacidad de pensar, imaginar, inventar, crear… Esto puede ser maravilloso pues nos da la posibilidad de crear obras de arte, descubrimientos y desarrollos médicos y científicos, inventar y usar el internet y otras formas de comunicación. Pero esa misma capacidad de imaginar y crear nos puede jugar en contra cuando lo que imaginamos son escenarios negativos del futuro.
¿Por qué se genera la ansiedad?
Nuestro cerebro predice lo que va a pasar en el futuro basado en experiencias pasadas. Si la información es imprecisa o incierta, como pasa con el comienzo de un nuevo ciclo escolar, nuestro cerebro genera diferentes escenarios de lo que podría pasar, muchos de los cuales serán negativos, y esto genera ansiedad.
Las prácticas de Mindfulness nos permiten darnos cuenta de esta incertidumbre y los pensamientos negativos que genera. Con esto, nace la posibilidad de no engancharnos ni creernos todos esos pensamientos, ayudándonos a recuperar el balance que necesitamos para una adecuada salud mental.
Por medio de una mentoría en Mindfulness aprendemos tomar distancia y observar los pensamientos como lo que son, sólo pensamientos, la mayoría de los cuales resultan ser predicciones catastróficas—y mayormente erradas—que nuestra mente genera en su afán de mantenernos lejos del peligro.
En este regreso a clases, cada vez que sientas que te invade la ansiedad, te proponemos que hagas la práctica del “check-in” de Mindfulness, misma que puedas hacer tu sola o solo, o bien, en compañía de tus hijas e hijos, para ayudarlos a atravesar su ansiedad de una mejor manera.
El “check-in” de Mindfulness
Para realizar el “check-in” de Mindfulness sigue los siguientes 5 pasos:
- Cuando sientas que te invade la ansiedad, haz una pausa, dejando por un momento a un lado las actividades que estés realizando
- Observa con curiosidad cómo está tu cuerpo. Nota las sensaciones físicas presentes, desde tu cabeza hasta tus pies. Nota en qué partes se siente relajación y cuáles tensión u opresión. Simplemente nótalo, no te juzgues por tener esas sensaciones
- Nota lo que está presente a tu alrededor: los sonidos, colores, olores y sabores que puedes percibir. Comienza por los más evidentes y profundiza gradualmente para notar aquellos que parecen más lejanos
- Ahora observa los pensamientos y emociones presentes en ti en ese momento. Nuevamente, sólo obsérvalos, sin juzgar aquello que esté presente
- Por último, lleva tu atención a tu respiración, notando cómo se siente el aire entrando y saliendo de tu cuerpo. Fíjate cómo el aire que entre es ligeramente más frío que el aire que sale de tus fosas nasales
Para finalizar, vuelve a abrir tu atención y, antes de que regreses a tus actividades, observa cómo te sientes. Nota la diferencia entre el antes y el después.
Si realizaste esta práctica en compañía de tu pareja o tus hijos, compartan entre ustedes lo que notaron durante el proceso.
Por simple que parezca, esta pequeña práctica puede ser de enorme ayuda para centrarte en el momento presente y bajarle el peso a la ansiedad que genera el regreso a clases.
¡Sólo te tomará unos cuantos minutos!
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