Cuando notes que te abruman las tareas o el trabajo que tienes por delante, es muy útil parar por un momento para re-centrar tu atención y despejar la mente de todo aquello que te está estorbando, y así continuar de una manera más amable y eficiente.
La práctica de los 3 minutos es muy útil en estas ocasiones.
Minuto 1
- En donde quiera que estés, haz una pausa.
- Si te es posible, cierra los ojos.
- Nota las sensaciones que están presentes en tu cuerpo: notando los apoyos, tus pies en contacto con el suelo, el peso de tu cuerpo sobre la silla, las manos, tocándose una con la otra, o recargadas sobre tus muslos.
- Observa si hay alguna tensión en la musculatura de la cara y ve si es posible, relajar estas zonas.
Minuto 2
- Ahora nota las sensaciones físicas que se producen con tu respiración.
- Comienza con la zona del abdomen. Nota cómo se expande y contrae tu cuerpo a la altura del pecho. En el borde de tus fosas nasales, siente cómo el aire es más frío al entrar que al salir.
Minuto 3
- Por último, dedica unos momentos a notar todo lo que llegue.
- Los sonidos dentro y fuera del lugar en el que te encuentras. Los olores. También registra si está presente alguna emoción en particular.
- Nota los pensamientos que lleguen, sin engancharte con ellos. Es decir, sin pensar sobre lo que estás pensando; no cediendo a la tentación de opinar sobre cómo te estás sintiendo. Simplemente, observa cómo esas emociones y pensamientos llegan y se van.
Para terminar, toma unas tres respiraciones profundas y conscientes, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Retoma tus actividades y nota cualquier cambio que se haya generado en ti.
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